¡Maldita sea la ley de Murphy!
La ley de Murphy intenta explicar los infortunios que uno vive diariamente. Hoy en dosymedia hemos sido testigos que, si algo puede salir mal (por remota que pueda parecer la causa) créanme… saldrá mal.
Verán, trabajamos en la comunicación de una promotora inmobiliaria e hicimos algunas fotografías de un piso muestra. Hasta aquí todo normal. Dichas fotografías estaban tomadas en distintos puntos de la vivienda y una de ellas era del salón comedor dónde había un televisor. Nada que objetar.
El fotógrafo va y decide que fotografiar una estancia cuyo televisor está apagado no tiene ningún sentido, ni estética, ni tampoco evoca calidez así que pone un canal cualquiera y tira las fotos.
Con estas y otras fotos elaboramos distintas herramientas de comunicación que se diseñan a distintos tamaños según corresponda el soporte (sólo algunos centímetros si se trata de un banner en un portal pero varios metros si se trata de una valla perimetral a pie de calle).
Pero vamos a ver… ¿cuántas posibilidades teníamos que el fotógrafo encendiese el televisor en un canal de noticias? ¿cuántas posibilidades que en ese momento estuvieran dando una noticia de desahucios, por el amor de Dios? ¿y cuántas que, para más inri, captase justo el momento del rótulo sobreimpreso con el texto “Suicidio por desahucio”? ¡Maldita sea!
En la pantalla del ordenador era inapreciable, pero patidifusos nos quedamos cuando vimos la foto en el zoom real para una valla de unos 10 metros.
¡Váyase al cuerno Sr. Murphy!